4. EL MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL. Su presente rechazo: introducción.

EL MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL

Su presente rechazo

Introducción




Publicaciones anteriores: ver etiqueta EL MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL y LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

"En su gran miseriordia el Señor envió un preciosísimo mensaje a su pueblo por medio de los pastores Waggoner y Jones. Este mensaje tenía que presentar en forma más destacada ante el mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los pecados del mundo entero. Presentaba la justificación por la fe en el Garante, invitaba a la gente a recibir la justicia de Cristo, que se manifiesta en la obediencia a todos los mandamientos de Dios. Muchos habían perdido de vista a Jesús. Necesitaban dirigir sus ojos a su divina persona, a sus méritos, a su amor inalterable por la familia humana. Todo el poder es colocado en sus manos, y él puede dispensar ricos dones a los hombres, impartiendo el inapreciable don de su propia justicia al desvalido agente humano. Este es el mensaje del tercer ángel que Dios ordenó que fuera dado al mundo. Este es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento de su Espíritu". E. G. White, Testimonios para los Ministros, p. 91-92.

Este mensaje es parte de una carta escrita al pastor O. A. Olsen (entonces presidente de la Conferencia General) el primero de mayo de 1895 desde Hobart, Tasmania. Es un resumen del mensaje de 1888 sobre la justificación por la fe. Muy difícilmente puede un párrafo estar cargado de tanto significado como éste. Notemos los puntos que enfatiza:

1. El mensaje nos fue enviado de Dios en su gran misericordia. Siendo que es Dios quien lo envía, podemos recibirlo en plena confianza.

2. Tenía que presentar en forma más destacada ante el mundo al Sublime Salvador, el sacrificio por los pecados del mundo entero. Este es, por supuesto, el don más maravilloso que Dios puede otorgar a la humanidad. El mayor regalo de amor de la eternidad, del pasado y futuro quedó demostrado en la vida y muerte de Cristo para nuestra justificación. Mediante este don de amor, el universo entero quedará protegido y seguro contra la rebelión. 

3. Invitaba a la gente a recibir la justicia de Cristo, que se manifestaba en la obediencia a todos los mandamientos de Dios. Impartiendo el inapreciable don de Su propia justicia al desvalido agente humano; nuevamente un don de amor de Dios. Como ya fue mencionado, la fecha de escritura fue el primero de mayo de 1895. Treinta y cinco días más tarde, el 4 de junio de 1895, apareció un artículo en la Review and Herald diciendo: "la justicia por la cual somos santificados es impartida". (Este artículo está citado en Mensajes para los Jóvenes, p. 32). Entonces, este don impartido de su propia justicia (o amor) es para nuestra santificación, y se manifiesta en obediencia a todos Sus mandamientos.

4. Este es el mensaje que Dios ordenó que fuera dado al mundo. Y Dios puso e el corazón de su mensajera que dejase claro ante el pueblo lo que Él eseraba que hiciesen con el mensaje más precioso que jamás les hubiese enviado.

5. Es el mensaje del tercer ángel que ha de ser proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento de Su espíritu. Aun más, era el mensaje de la lluvia tardía y habría cumplido Apocalipsis 18.1 (el mensaje que alumbra a la tierra con su gloria) si nuestro pueblo hubiese aceptado el mensaje en su plenitud.

Este mensaje no vino dividido en partes. Nos vino como dos aspectos distintos, pero partes de un todo indivisible. Desde que Dios nos envió este mensaje, quería que supiésemos que Se plan de salvación es completo; que tanto nuestro derecho como nuestra idoneidad para el cielo son un dos, por la fe en Cristo.

A fin de no caer en ambiguedades, será necesario expliccar al menos algo sobre una nueva enseñanza ["en próximas publicaciones"]  (nueva en los ámbitos adventistas) que se ha ido introduciendo en nuestra iglesia, que abiertamente contradice este mensaje que Dios nos dió.

Todavía sería demasiada ambigua la presentación si no se señalase la fuente principal de esta "nueva doctrina". Esta nueva enseñanza pretende ser un retorno a la teología de la reforma (protestante) sobre justificación por la fe. No inlcuye la justicia impartida de Cristo, sino tan solo a Cristo como nuestro sustituto. 

Esto puede parecer insignificante, pero cambia en gran medida la interpretación de las Escrituras y del Espíritu de Profecía para apoyar ese punto de vista. Gran parte de nuestra enseñanza histórica sobre la salvación que quedó establecida antes de la muerte de Eleda de White, se barre de un solo escobazo con esta nueva teología.

Low Scarbrought. Árboles de Justicia. El Mensaje de 1888.

Comentarios

Entradas populares