Otro
término equivalente de gran importancia es “naturaleza divina” que se encuentra
en 2 Pedro 1.4. Daremos dos ejemplos
de cómo “naturaleza divina” se usa como sinónimo de santificación:
“Todos
los que le recibían (a Jesús) debían participar de su naturaleza y ser
conformados según su carácter”. Deseado
de Todas las Gentes, p. 355.
“Solamente
al llegar a ser partícipes de la naturaleza de Cristo recibimos poder para
obedecer sus mandamientos”. Testimonies,
Vol. 7, p.194.
Nuestra
santificación, efectuada al hacernos partícipes de su naturaleza divina se
presenta claramente aquí, y la justicia impartida de Cristo es justamente para
nuestra santificación (Mensajes para los
Jóvenes, p. 32)
Entonces
"naturaleza divina” y “justicia impartida” son términos equivalentes.
Notemos esta cita sobre la gracia:
“Pueden
existir defectos notables en el carácter de una persona, pero cuando llega a
ser un verdadero discípulo de Cristo, el poder de la gracia divina le
transforma y santifica” Hechos de los
Apóstoles, p. 446.
La
“gloria de Dios” es otra fase que se usa como sinónimo de justicia. En la
oración de Cristo a su Padre, Él dijo:
“La
gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos
uno… Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el
amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”: Juan 17.22,26
Aquí
Jesús está haciendo equivalente Su gloria a Su amor, o justicia. Elena de
White, al comentar sobre la gloria de Dios, dice:
“La
gloria de Dios es su carácter… En su oración intercesora en favor de sus
discípulos (Jesús) declaró: `La gloria (el carácter) que me diste, yo les he
dado… Juan 17.22” La maravillosa Gracia
de Dios, p. 322.
La
lluvia tardía será una experiencia acelerada en la justicia impartida de
Cristo, o sea su gloria, según lo expresa la siguiente cita:
“No
penséis que seréis considerados vasos de honra en ocasión de la lluvia tardía,
para recibir la gloria de Dios, si
estáis elevando vuestras almas a la vanidad…” Testimonios para los ministros, p. 469.
Esta
gloria, o sea la justicia impartida de Cristo, nos es dada por la iluminación
del Espíritu al contemplar a Cristo, como lo expresa el apóstol Pablo:
“Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por
el Espíritu del Señor”. 2 Corintios
3.18.
La
justicia impartida de Cristo brilla sobre nosotros así reflejamos su gloria, su
propia justicia en nuestra vida. Elena G. de White lo expresó así:
“No
poseemos nada por nosotros mismos, pero la luz del amor brilla sobre nosotros y
hemos de reflejar su resplandor”. Discurso
Maestro, p.67.
No
puede haber mérito alguno para la vida eterna en la justicia impartida de
Cristo. Él mérito pertenece a la fuente en donde emana ese amor. El reflejar el
amor de Cristo es simplemente lo que Elena de White correctamente “nuestra
idoneidad para el cielo”. Esta justicia prepara al creyente para regocijarse en
la sociedad celestial sin rebelión. ¿A quién pertenece toda la gloria?
“Cristo
mira a sus hijos en su inmaculada pureza y perfección impecable como la
recompensa de sus sufrimientos, su humillación y su amor, y la corona de su
gloria, siendo él mismo el gran centro
del cual irradia toda la gloria”. Testimonios para Ministros, p. 18-19.
El
hombre llega a ser el complemente de Su gloria al recibir Su justicia que Él
mismo otorga al creyente. No es meramente la respuesta de amor de parte del hombre,
sino un milagro de amor, impartido por el Espíritu Santo.
Cualquier
término que sea sinónimo de santificación o el guardar la ley de Dios, es
también sinónimo de amor o justicia impartida. Sin embargo, algunos de estos
términos se usan en un sentido limitado aquí. La Biblia y el Espíritu de
Profecía han llegado a tener mucho más significado para mí al correlacionar
estos términos. Por ejemplo, “justificación por la fe” y “amor por la fe”
significan lo mismo, son sinónimos.
Entonces,
regresando a la pregunta ¿qué es la justicia impartida de Cristo? Es su amor
impartido, que nos hace partícipes de Su naturaleza divina, de Su gracia, de Su
gloria y de Su carácter.
También
hay otras expresiones que podrían usarse, tales como “poder”, “vida” y “luz”.
Todos estos términos intercambiables nos ayudan a una comprensión más amplia de
la justicia impartida de Cristo.
Árboles de Justicia El Mensaje de 1888, Low Scarbrought
Comentarios
Publicar un comentario