DESCUBRIENDO NUESTRA HISTORIA. El mensajede 1888: la justificación por la fe (3)

DESCUBRIENDO NUESTRA HISTORIA

EL MENSAJE DE 1888: 

LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE (3)

Fuente: Ellen White Estate

"Levántante, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria."

Isaías 60.1-2

Otro término equivalente de gran importancia es “naturaleza divina” que se encuentra en 2 Pedro 1.4. Daremos dos ejemplos de cómo “naturaleza divina” se usa como sinónimo de santificación:

“Todos los que le recibían (a Jesús) debían participar de su naturaleza y ser conformados según su carácter”. Deseado de Todas las Gentes, p. 355.

“Solamente al llegar a ser partícipes de la naturaleza de Cristo recibimos poder para obedecer sus mandamientos”. Testimonies, Vol. 7, p.194.

Nuestra santificación, efectuada al hacernos partícipes de su naturaleza divina se presenta claramente aquí, y la justicia impartida de Cristo es justamente para nuestra santificación (Mensajes para los Jóvenes, p. 32)

Entonces "naturaleza divina” y “justicia impartida” son términos equivalentes. Notemos esta cita sobre la gracia:

“Pueden existir defectos notables en el carácter de una persona, pero cuando llega a ser un verdadero discípulo de Cristo, el poder de la gracia divina le transforma y santifica” Hechos de los Apóstoles, p. 446.

La “gloria de Dios” es otra fase que se usa como sinónimo de justicia. En la oración de Cristo a su Padre, Él dijo:

“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno… Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”: Juan 17.22,26
Aquí Jesús está haciendo equivalente Su gloria a Su amor, o justicia. Elena de White, al comentar sobre la gloria de Dios, dice:

“La gloria de Dios es su carácter… En su oración intercesora en favor de sus discípulos (Jesús) declaró: `La gloria (el carácter) que me diste, yo les he dado… Juan 17.22” La maravillosa Gracia de Dios, p. 322.

La lluvia tardía será una experiencia acelerada en la justicia impartida de Cristo, o sea su gloria, según lo expresa la siguiente cita:

“No penséis que seréis considerados vasos de honra en ocasión de la lluvia tardía, para recibir la gloria de Dios, si estáis elevando vuestras almas a la vanidad…” Testimonios para los ministros, p. 469.

Esta gloria, o sea la justicia impartida de Cristo, nos es dada por la iluminación del Espíritu al contemplar a Cristo, como lo expresa el apóstol Pablo:

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. 2 Corintios 3.18.

La justicia impartida de Cristo brilla sobre nosotros así reflejamos su gloria, su propia justicia en nuestra vida. Elena G. de White lo expresó así:

“No poseemos nada por nosotros mismos, pero la luz del amor brilla sobre nosotros y hemos de reflejar su resplandor”. Discurso Maestro, p.67.

No puede haber mérito alguno para la vida eterna en la justicia impartida de Cristo. Él mérito pertenece a la fuente en donde emana ese amor. El reflejar el amor de Cristo es simplemente lo que Elena de White correctamente “nuestra idoneidad para el cielo”. Esta justicia prepara al creyente para regocijarse en la sociedad celestial sin rebelión. ¿A quién pertenece toda la gloria?

“Cristo mira a sus hijos en su inmaculada pureza y perfección impecable como la recompensa de sus sufrimientos, su humillación y su amor, y la corona de su gloria, siendo él mismo el gran centro del cual irradia toda la gloria”. Testimonios para Ministros, p. 18-19.

El hombre llega a ser el complemente de Su gloria al recibir Su justicia que Él mismo otorga al creyente. No es meramente la respuesta de amor de parte del hombre, sino un milagro de amor, impartido por el Espíritu Santo.

Cualquier término que sea sinónimo de santificación o el guardar la ley de Dios, es también sinónimo de amor o justicia impartida. Sin embargo, algunos de estos términos se usan en un sentido limitado aquí. La Biblia y el Espíritu de Profecía han llegado a tener mucho más significado para mí al correlacionar estos términos. Por ejemplo, “justificación por la fe” y “amor por la fe” significan lo mismo, son sinónimos.

Entonces, regresando a la pregunta ¿qué es la justicia impartida de Cristo? Es su amor impartido, que nos hace partícipes de Su naturaleza divina, de Su gracia, de Su gloria y de Su carácter.

También hay otras expresiones que podrían usarse, tales como “poder”, “vida” y “luz”. Todos estos términos intercambiables nos ayudan a una comprensión más amplia de la justicia impartida de Cristo.

Árboles de Justicia El Mensaje de 1888, Low Scarbrought

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