VIDA EN ABUNDANCIA (I) El toque de la fe (I)

EL TOQUE DE LA FE (I)

"Si tocare solamente su vestido, seré salva"

Mateo 9.21



Era una pobre mujer la que pronunció estas palabras, una mujer que por espacio de doce años venía padeciendo una enfermedad que el amargaba la vida. Había gastado ya todos sus recursos en médicos y medicinas, y estaba desahuciada.  Pero al oír hablar del gran Médico, renacióle la espranza. Decía entre sí: Si pudiera acercarme a él para hablarale, podría quedar sana. 

Cristo iba a la casa de Jairo, el rabino judío que le había instado para que fuera a sanar a su hija. La petición hecha con corazón quebrantado: "Mi hija está a la muerte: ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva" (Marcos 5.23), había conmivoido el tierno y compasivo corazón de Cristo, y en el acto fue con el príncipe a su casa.

Caminaban despacio, pues la muchedumbre apremiaba a Cristo por todos los lados. Al abrirse paso por entre el gentío, llegó el Salvador cerca de donde estaba la mujer enferma. Ella había procurado en vano una y otra vez acercarse a él. Ahora había llegado su oportunidad, pero no veía cómo hablar con él. No quería detener su lento avanza. Pero había oído decir que con sólo tocar su vestidura se obtenía la curación, y temerosa de perder su única oportunidad de alivio, se adelantó diciento entre sí: "Si tocare tan solamente su vestido, seré salva."
 
Cristo conocía todos los pensamientos de ella, y se dirigía hacia ella. Comprendía él la gran necesidad de la mujer, y le ayudaba a ejercitar su fe.

Al pasar él, se le adelantó la mujer, y logró tocar apenas el borde de su vestido. En el acto notó que había sanado. En aquel único toque habíase concentrado la fe de su vida, e inmediatamente desaparecieron su dolor y debilidad. Al instante sintió una conmoción como de una corriente eléctrica que pasara por todas las fibras de su ser. Le embargó una sensación de perfecta salud. "Y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote." (Vers. 29)

La mujer agradecida deseaba expresar su gratitud al poderoso Médico que con su solo toque acababa de hacer por ella lo que no habían logrado los médicos en doce largos años, pero no se atrevía. Con corazón agradecido procuró alejarse de la muchedumbre. De pronto... Jesús se detuvo...

  Ministerio de la Curación

 

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