CONOCIENDO A JESÚS. El gran YO SOY

El gran YO SOY

Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy el que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me ha enviado a vosotros.

Éxodo 3.14


En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra. "El que tiene al Hijo, tiene la vida". La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna.

Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dió a nuestro primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas.

Jesús era ya luz de su pueblo, la luz del mundo, antes de venir a la tierra en forma humana. El primer rayo de luz que penetró la lobreguez en que el pecado había envuelto a mundo, provio de Cristo. Y de él ha emanado todo rayo resplandor celestial que ha caído sobre los habitantes de la tierra. En el plan de la redención Cristo es el Alfa y la Omega, el Primero y el Último.

Fue Cristo quien habló a Moisés desde la zarza del monte Horeb diciendo: "Yo Soy el que Soy". Tal era la garantía de la liberación de Isarel. Asimismo cuando vino "en semejanza de los hombres", se declaró el Yo Soy. El niño de Belén, el manso y humilde Salvador, es Dios, "manifestado en carne". Y a nosotros nos dice: "Yo Soy el buen pastor", "Yo Soy el pan vivo", "Yo Soy el camino, y la verdad, y la vida", "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra", "Yo Soy, no tengáis miedo", "Dios con nosotros", es la seguridad de nuestra liberación del pecado, la garantía de nuestro poder para obeder la ley del Cielo.

La fe por la cual vivo

 

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