2. VIDA EN ABUNDANCIA: Sólo cuando se cambia la vida
SÓLO CUANDO SE CAMBIA LA VIDA
Los hombres no serán nunca temperantes hasta que la gracia de Cristo sea un principio viviente en el corazón. Las circunstancias no pueden producir reformas. El cristianismo propone una reforma del corazón. Lo que Cristo obra dentro, se realizará bajo el dictado de un intelecto convertido. El plan de comenzar afuera y tratar de obrar hacia el interior siempre ha fracasado.
Uno de los efectos más deplorables de la apostasía original fue la pérdida de la facultad del dominio propio por parte del hombre. Sólo en la medida en que se recupere esta facultad puede haber verdadero progreso.
El cuerpo es el único medio por el cual la mente y el alma se desarrollan para la edificación del carácter. De ahí que el adversario de las almas encamine sus tentaciones al debilitamiento y a la degradación de las facultades físicas. Su éxito en esto envuelve la sujeción al mal de todo nuestro ser. A menos que estén bajo el dominio de un poder superior, las propensiones de nuestra naturaleza física acarrearán ciertamente ruina y muerte. ... Pero él (Satanás) sabe que no tienen ningún poder sobre el hombre que, cuando los pecadores lo incitan, tiene el valor moral para decir "No" honrada y positivamente. El tal ha abandonado la compañía del diablo, y mientras se aferra de Jesucristo está a salvo. Está donde los ángeles celestiales pueden relacionarse con él dándole fortaleza moral para vencer.
¿Fuma Ud. o bebe bebidas embriagantes? Apártelas de Ud., porque nublan sus facultades. Renunciar al uso de estas cosas significará una dura batalla, pero Dios lo ayudará a pelear esta batalla. Pídale gracia para vencer y luego crea que él se la dará, porque lo ama. No permita que compañeros mundanos lo aparten de su lealtad a Cristo. Mas bien aparte su mente de esos compañeros y concéntrela en Cristo. Dígales que Ud. está buscando el tesoro celestial. Ud. no se pertenece; ha sido comprado por precio, con la misma vida del Hijo de Dios, y debe glorificar a Dios en su cuerpo y en su espíritu, porque son de Dios.
Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. "Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo". Santiago 5.11.
Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas, y aun por nuestra presentación de ellas. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin que el Padre celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello un interés inmediato. Él "sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas". Salmos 147.3
Las relaciones entre Dios y cada una de las almas son tan claras y plenas como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado.
¿Fuma Ud. o bebe bebidas embriagantes? Apártelas de Ud., porque nublan sus facultades. Renunciar al uso de estas cosas significará una dura batalla, pero Dios lo ayudará a pelear esta batalla. Pídale gracia para vencer y luego crea que él se la dará, porque lo ama. No permita que compañeros mundanos lo aparten de su lealtad a Cristo. Mas bien aparte su mente de esos compañeros y concéntrela en Cristo. Dígales que Ud. está buscando el tesoro celestial. Ud. no se pertenece; ha sido comprado por precio, con la misma vida del Hijo de Dios, y debe glorificar a Dios en su cuerpo y en su espíritu, porque son de Dios.
Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. "Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo". Santiago 5.11.
Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas, y aun por nuestra presentación de ellas. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin que el Padre celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello un interés inmediato. Él "sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas". Salmos 147.3
Las relaciones entre Dios y cada una de las almas son tan claras y plenas como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado.
Elena Gould White, La temperancia.
Comentarios
Publicar un comentario