1. UN CONFLICTO CÓSMICO REAL. EL ZARANDEO: PESIMISMO VERSUS FE. DE MILITANTE A TRIUNFANTE

EL ZARANDEO: PESIMISMO VERSUS FE. DE MILITANTE A TRIUNFANTE

 



Cuando hoy examinamos ese "cuerpo" de creyentes, la iglesia del Señor, lo anterior nos parece un desafío humanamente imposible: tan imposible como al examinarnos a nosotros mismos en el ámbito personal. Pero afortunadamente el evangelio no depende de lo que humanamente nos parece posible, sino del poder y fidelidad de Dios, y de la verdad de nuestra fe en que Dios cumplirá sus promesas en nosotros y en su pueblo (Génesis 18.14-25; Mateo 19.24-26).

"Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1.6)

"[Abraham] tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fue esforzado en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo. Por lo cual también le fue atribuido por justicia" (Romanos 4.20-22)

"Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5. 25-27)

¿Crees que Cristo va a lograr eso? Cuando venga Cristo, ¿hallaré fe en la tierra? ¿La halla hoy en ti? Si crees que Dios no va a lograr nunca tener una iglesia pura, sin mancha, que lo honre, sólo hay una palabra que define tu actitud: incredulidad. Esa es precisamente la tesis de Satanás. De ser cierta, sería él quien venciera en el conflicto de los siglos.

DE MILITANTE A TRIUNFANTE


"Cuando se presentan dificultades en cualquier sector de la causa [de Dios], como seguramente han de sobrevenir, pues la iglesia es militante y no triunfante, todo el cielo estará atento para ver cuál es el curso que seguirán aquellos a quienes se les han confiado sagradas responsabilidades" (Cristo triunfante 125).

La razón principal por la que nos parece increíble que su iglesia remanente le dé finalmente la gloria, es porque la estamos contemplando en su estado de "iglesia militante"

A la iglesia militante, tal como hoy la conocemos, se le aplica el dicho: "No están [todavía] todos los que son, ni son [todavía] todos los que están". Al llegar a la crisis final, algunos de los que hoy queremos y están con nosotros, saldrán de entre nosotros, apostatando y engrosando las filas de los enemigos del Señor:

"Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros" (1 Juan 2.19)

Pero en ese mismo tiempo sucederá también otro prodigio: el Señor reunirá en un solo "rebaño" a hijos suyos que están ahora dispersados en Babilonia y que al oir el llamado reconocerán la voz del Buen Pastor y se unirán a su pueblo remanente:

"También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor" (Juan 10.16)

Esa será la iglesia triunfante, la que honrará a Dios en el conflicto de los siglos ante el universo expectante. ¿Quieres ser parte de ella? Haz esto: mantente fiel en la iglesia militante, y un día te encontrarás en la triunfante. Quizá eso te cueste el precio de clamar angustiado, pero puedes estar seguro de que vale la pena. Recuerda la promesa del Fuerte en el Salmo 50.15

"Invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás".

LB, De militante a triunfante: el zarandeo.

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