Alientos al corazón. Hay una razón
HAY UNA RAZÓN
Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho mas preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada ena alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
1 Pedro 1.7
Abrahán continuó su viaje hacia el sur; y otra vez fue probada su fe. El cielo retuvo la lluvia, los arroyos cesaron d correr por los valles, y se marchitó la hierba de las llanuras. Los ganados no encontraban pastos, y el hambre amenazaba a todo el campamento, ¿no miraría hacia atrás anhelando la abundancia de las llanuras caldeas? Todos observaban para ver qué haría Abrahán, a medida que una dificultad sucedía a la otra. Al ver su confianza inquebrantable, comprendían que había esperanza. Abrahán no podía explicar la dirección de la Providencia; sus esperanzas no se habían cumplido; pero mantuvo su confianza en la promesa: "Y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición". Genésis 12.2. Con oraciones fervientes consideró la manera de preservar la vida de su pueblo y de su ganado, pero no permitió que las circunstancias perturbaran su fe en la palabra de Dios.
Para escapar del hambre fue a Egipto. No abandonó a Canaán, ni tampoco en su extrema necesidad se volvió a la tierra de Caldea de la cual había venido, donde no había escasez de pan; sino que buscó refugio temporal tan cerca como fuese posible de la tierra prometida, con la intención de reresar pronto al sitio donde Dios le había puesto.
En su providencia, el Señor proporcionó esta prueba a Abrahán para enseñarle lecciones de sumisión, paciencia y fe.
Dios permite que las pruebas asieden a los suyos para que mediante su constancia y obediencia puedan enriquecerse espiritualmente, y para que su ejemplo sea una fuente de poder para otros. "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, pensamientos de paz, y no de mal." Jeremías 29.11. Los mismos sufrimientos que prueban más severamente nuestra fe, y que nos hacen pensar que Dios nos ha olvidado, sirven para llevarnos más verca de Cristo, para que echemos nuestras cargas a sus pies, y para que sintamos la paz que nos ha de dar en cambio.
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