Alientos al corazón. Un amigo en la corte celestial.
UN AMIGO EN LA CORTE CELESTIAL
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misercordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorrupible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.
1 Pedro 1.3-4
¿Hay alguna razón por al cual esta esperanza viviente no debiera darnos tanta congianz y tanto gozo en este tiempo, como lo hizo con los discípulos en la iglesia primitiva? Cristo no está encerrado en la tumba nueva de José. Él resucitó, ascendió al cielo, y debemos ejercer nuestra fe para que el mundo pueda ver que tenemos una esperanza viviente.
Nuestra esperanza no carece de fundamento; nuestra herencia no es corruptible. No es un producto de la imaginación.
Leemos la Biblia acerca de la resurrección de Cirsto de los muertos; pero ¿actuamos como creyendo en ello? ¿Creemos que Jesús es un Salvador viviente, que no está en la tumba neuva de José, con la gran piedra encima, sino que se levantó de entre los muertos y ascendió al cielo para llevar cautiva a la cautividad y para dar dones a los hombres?
Debemos toamrse la palabra a Cristo, creer que él vino para representar al Padre, y que el Padre, tal como está representado en Cristo, es nuestro amig yq eu no desea que perezcamos, de otra manera no habría enviado a su Hijo para que muriera como nuestro sacrificio. La cruz del Calvario es una garantía eterna para cada uno de nosotros, de que Dios quiere que seamos felices, no solamente en la vida futura sino también en esta vida.
La muerte de Cristo acarrea al que rechaza su miserivordia la ira de los juicios de Dios, sin mezcla de misericordia. Esta es la ira del Cordero. Pero la muerte de Cristo es esperanza y vida eterna para todos los que lo reciben y creen en él.
E.G.White, En los lugares celestiales.
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