VIDA EN ABUNDANCIA (II) La importancia de las relaciones sociales (II)

LA IMPORTANCIA DE LAS RELACIONES SOCIALES (II)

 
  • La bondad social y la dignidad humana. 

A la mesa de los publicanos [Cristo] se sentaba como distinguido huésped, demostrando por su simpatía y la bondad de su trato social que reconocía la dignidad humana; y los hombres, en cuyos sedientos corazones caían sus palabras con poder bendito y vivificador, anhelaban hacerse dignos de su confianza. Despertábanse nuevos impulsos, y a estos parias de la sociedad se les abría la posibilidad de una vida nueva.
  • Jesús enseñó a los discípulos los verdaderos deberes sociales. 

Cristo enseñó a sus discípulos a conducirse en compañía de otros. Les enseñó las obligaciones y reglas de la verdadera vida social, que son las mismas que aparecen en la ley del reino de Dios. Por medio de su ejemplo, enseñó a sus discípulos que cuando asistieran a cualquier reunión pública no tendrían necesidad de quedarse sin palabras. Su conversación en medio de una fiesta difería decididamente de la que se solía escuchar en los banquetes. Cada palabra que pronunciaba tenía sabor de vida para vida. Hablaba con claridad y sencillez. Sus palabras eran como manzanas de oro con figuras de plata.
  • No hay que renunciar a la comunión social. 

El ejemplo de Cristo, al vincularse con los intereses de la humanidad, debe ser seguido por todos los que predican su Palabra y por todos los que han recibido el evangelio de su gracia. No hemos de renunciar a la comunión social. No debemos apartarnos de los demás. A fin de alcanzar a todas las clases, debemos tratarlas donde se encuentran. Rara vez nos buscarán por su propia iniciativa. No sólo desde el púlpito han de ser los corazones humanos conmovidos por la verdad divina. Hay otro campo de trabajo, más humilde tal vez, pero tan plenamente promisorio. Se halla en el hogar de los humildes y en la mansión de los encumbrados; junto a la mesa hospitalaria, y en las reuniones de inocente placer social.
  • La necesidad de compañerismo.

No es pequeña la privación que se experimenta cuando la gente se aleja de las reuniones del pueblo de Dios. Como hijos del Altísimo debemos estar presentes en toda reunión del Señor, donde se le pida a su pueblo que esté presente, para impartir la palabra de vida. Todos necesitan luz y toda la ayuda que puedan conseguir, a fin de que cuando hayan oído y recibido los preciosos mensajes del cielo, por medio de los instrumentos señalados por Dios, puedan estar preparados para impartir a otros la luz que se les dio.
  • La educación da forma a la estructura social 

La educación que se imparte a los jóvenes da forma a toda su estructura social. En todo el mundo la sociedad está en desorden, y se necesita una cabal transformación. Muchos suponen que mejores equipos educacionales, mayores talentos y métodos más modernos, arreglarán las cosas. Profesan creer en los oráculos divinos y recibirlos, y sin embargo le dan a la Palabra de Dios una ubicación subalterna en la gran estructura de la educación. Lo que debería ocupar el primer lugar se subordina a los inventos humanos. 

E.G.White, Mente, carácter y personalidad.

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