BUENAS NUEVAS DEL EVANGELIO. CRISTO Y SU JUSTICIA (III) ¿Es Cristo Dios? Unigénito Hijo de Dios y Maestro Bueno

CRISTO Y SU JUSTICIA (III)

¿ES CRISTO DIOS? Unigénito Hijo de Dios y Maestro Bueno



Es cierto que hay muchos hijos de Dios, pero Cristo es el "Unigénito Hijo de Dios" y por lo tanto, es el Hijo de Dios en un sentido en el que ningún otro lo ha sido, ni lo puidera ser nunca. Los ángeles son hijos de Dios, como lo fue Adán por creación (Job 38.7; Lucas 3.38); los cristianos son hijos de Dios por adopción (Romanos 8.14-15); pero Cristo es el Hijo de Dios por nacimiento. El escritor de la epístola a los Hebreos muestra además que la posición del Hijo de Dios no es una a la que Cristo ha sido elevado, sino que la posee por derecho. Dice que Moisés fue fiel en toda la casa de Dios, como un siervo, "y Cristo, como hijo, es fiel sobre la casa de Dios" (Hebreos 3.6). Y también afirma que Cristo es el Constructor de la casa (Hebreos 3.3). Es él quien construye el templo del Señor, y lleva la gloria (Zacarías 6.12-13).

El propio Cristo enseñó de la forma más enfática que él es Dios. Cuando el joven rico le preguntó: "Maestro Bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?" Jesús, antes de contestar a la pregunta, le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? No hay sino Uno solo bueno, esto es, Dios" (Marcos 10.17-18). ¿Qué quiso decir Jesús con estas palabras? ¿Quiso desmentir el epíteto que el joven rico le dedicó? ¿Pretendió insinuar que él no era realmente bueno? ¿Fue un mero despliegue de modestia? De ningunan manera, porque Cristo era absolutamente bueno. A los judíos, quienes constantemente lo observaban para descubrir algún punto en donde pudieran acusarlo, les dijo audazmente: "¿Quién de vosotros me halla culpable de pecado?" (Juan 8.46). En toda la nación judía no se enocntraba un solo hombre que lo hubiera visto hacer algo o pronunicar una palabra que tuviera siquiera pariencia de maldad; y aquellos que estaban determinados a condenarlo, solo puideron hacerlo empleando testigos falsos contra él. Pedro afirma que "no cometió pecado, ni fue hallado engaño en su boca" (1 Pedro 2.22). Pablo declara que "no conoció pecado" (2 Corintios 5.21). El salmista dice: "Él es mi roca, y en él no hay injusticia" (Salmos 92.15). Y Juan dice: "Vosotros sabéis que Cristo apareció para quitar nuestros pecados. Y en él no hay pecado" (1 Juan 3.5)

Cristo no puede negarse a sí mismo, por lo tanto, no pudo decir que no era bueno. Es y era absolutamente bueno: la perfección de la bondad. Y siendo que no hay ninguno bueno sino Dios, addo que Cristo es bueno, se deduce que Cristo es Dios, y eso es precisamente lo que se propuso mostrar al joven rico. 

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