CONOCIENDO A JESÚS. Cristo en el sistema de sacrificios (III) El hombre ofrece su primer sacrificio

EL HOMBRE OFRECE SU PRIMER SACRIFICIO



Para Adán, el ofrecimiento del primer sacrificio fue una ceremonio muy dolorosa. Tuvo que alzar la mano para quitar una vida que sólo Dios podía dar. Por primera vez iba a presenciar la muerte, y sabía que si hubiese sido obediente a Dios no la habrían conocido el  hombre o las bestias. Mientras mataba a la inocente víctima templó al pensar que su pecado haría derramar la sangre del inmaculado Cordero de Dios. Esta escena le dio un sentido más profuno y vívido de la enormidad de su transgresión, que nada sino la muerte del querido Hijo de Dios podía expiar. Y se maravilló de la infinita bondad que daba semejante rescate para salvar a los culpables. Una estrella de esperanza iluminó el oscuro y terrible futuro, y lo libró de una completa desesperación.

A adán se le encomendó que enseñara a sus descendientes a temer al Señor y, por su ejemplo y humilde obediencia, les enseñase a tener en alta estima las ofrendas que tipificaban al Salvador que habría de venir. Adán atesoró cuidadosamente lo que Dios le había revelado, y lo transmitió verbalmente a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

A la puerta del Paraíso, guardada por querubines, se manifestaba la gloria de Dios, y allí iban los primeros adoradores. Allí levantaron sus altares y presentaron sus ofrendas. 

En los sacrificios ofrecidos en cada altar se veía al Redentor. Con la nube de incienso se elevaba de cada corazión contrito la oración de que Dios aceptara sus afrendas como una muestra de fe en el Salvador venidero.

El sistema de sacrificios confiado a Adán fue pervertido por sus descendientes. La superstición, la idolatría, la crueldad y el libertinaje corrompieron el sencillo y significativo servicio que Dios había establecido. A través de su larga relación con los idólatras, el pueblo de Israel abía mezclado muchas costumbres paganas con su culto; por consiguiente, en el Sinaí el Señor les dio instrucciones definidas tocante al servicio sacrificial.

Cristo en su santuario. 

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