DIOS Y CIENCIA. ¿Cómo empezó la vida? (III) La evolución química y sus problemas (VIII)
¿CÓMO EMPEZÓ LA VIDA? (III)
La evolución química y sus problemas (VIII)
- La reproducción
Tener delante una sola célula viva no supone el establecimiento de la vida en la Tierra. Antes de que muera, es preciso que esa célula se duplique reiteradamente. La reproducción es una de las principales características definitorias de la vida. Para que pueda reproducirse, tienen que replicarse la totalidad de las intrincadas partes de la célula, o la vida desaparece. Aunque percibir cómo hacen tal cosa las células diminutas supone un reto para nuestra imaginación, la ciencia está aportando ahora muchísimos detalles fascinantes.
La parte más importante que precisa ser duplicada es el ADN. Hay un mecanismo especial, que consiste en unas treinta moléculas proteínicas y que se denomina ADN polimerasa, que recorre el ADN y lo replica. Cuando la célula empieza a dividirse, el ADN de cada célula, que en los seres humanos tienen una longitud total de aproximadamente un metro, se comprime en 46 cromosomas microscópicos. La célula consigue esto, en primer lugar, enrollando el ADN; después enrollando el producto del enrollamiento anterior; luego, plegando el enrollamiento; y, por último, plegando el doble enrollamiento ya plegado. Esto da como resultado cromosomas pareados que pasan a cada nueva célula, para que cada una tenga un ejemplar completo de ADN. Los cromosomas se alinean en medio, entre las dos nuevas células que se forman, y los microtúbulos los "pescan" y tiran de ellos hacia los centriolos que se encuentran en extremos opuestos. Allí, los cromosomas se desenrollan en las nuevas células hijas, donde dirigen la actividad celular. Lo que parece aún más asombroso es cómo se duplica el bucle circular de 1,6 milímetros de longitud del ADN de ESCHERICHIA COLI, apretujado en una célula de solo la ochocientosava parte de su longitud. Se duplica sin formar cromosomas comprimidas, como ocurre en los organismos avanzados, y sin enmarañarse. El proceso dura unos 42 minutos, y esto significa que los dos mecanismos de la proteínas ADN polimerasa, que recorren el ADN, copian las bases del código genético a una velocidad de aproximadamente mil pares por segundo. Las maravillas de los microbios nunca dejan de asombrarnos.
Hemos dado solamente una visión general de un proceso sumamente complejo del cual conocemos algunos detalles, pero del que aún nos queda mucho por aprender. Y luego están las restantes partes de todo tipo de células, como la membrada celular y muchas fibras que tienen que ser duplicadas. ¿Podrían procesos tan complicados y necesariamente integrados surgir por sí mismos? Muchas partes dependen de muchas otras que no tendrían ningún valor evolutivo de supervivenia a no ser que estuvieran presentes todas las partes necesarias. Por ejemplo, ¿de qué serviría el ADN sin el mecanismo de la proteína polimerasa para duplicarlo? ¿Y de qué serviría la polimerasa sin ADN para replicar? Cualquiera de ellos sería un sinsentido sin el otro, y sin ellos no habría nuevos organismos. Y eso sucede en la mayoría de los aspectos de los seres vivos.
Se precisa una colección muy numerosa de partes interdependientes antes de poder empezar siquiera a pensar en la vida. El bioquímico Michael Behe ha estudado varios sistemas de organismos que tienen subunidades que deben actuar con otras para que dichos sistemas puedan funcionar. Para él, estos sistemas representan una "complejidad irreducible", y ello describe muy bien lo que estamos descubriendo.
Ariel A. Roth, La ciencia descubre a Dios
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