UN CONFLICTO CÓSMICO REAL. Se le explica el futuro a Adán

SE LE EXPLICA EL FUTURO A ADÁN

No sólo el hombre sino también la tierra había caído por el pecado bajo el dominio del maligno, y había de ser restaurada mediante e plan de la redención. Al ser creado, Adán recibió el señorío de la tierra. Pero al ceder a la tentación, cayó bajo el poder de Satanás. Y "el que es de alguno vencido, es sujeto a la servidumbre del que lo venció" (2 Pedro 2.19). Cuando el hombre cayó bajo el cautiverio de Satanas, el dominio que antes ejercía pasó a manos de su conquistador. De esa manera Satanás llegó a ser "el dios de este siglo" (2 Corintios 4.4). El que había usurpado el dominio que originalmente fue otorgado a Adán. Pero Cristo, mediante su sacrificio, al pagar la pena del pecado, no sólo redimiría al hombre, sino que también recuperaría el dominio que éste había perdido. Todo lo que perdió el primer Adán sería recuperado por el segundo. El profeta dijo: "Oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorio primero." (Miqueas 4.8). Y el apóstol Pablo dirige nuestras miradas hacia "la redención de la posesión adquirida" (Efesios 1.14). Dios creó la tierra para que fuese la morada de seres santos y felices. El Señor "que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la crió en vano, para que fuese habitada la crió" (Isaías 45.18). Ese propósito será cumplido, cuando sea renovada mediante el poder de Dios y libertada del pecado y el dolor; entonces se convertirá en la morada eterna de los rediminos.  "Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella." "Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán." (Salmos 37.29; Apocalipsis 22.3).

Mientras fuera inocente, Adán había gozado de abierta comunión con su Hacedor; pero el pecado produjo separación entre Dios y el hombre, y sólo la expiación de Cristo podía salvar el abismo, y hacer posible la transmisión de las bendiciones de la salvación entre el cielo y la tierra. El hombre tenía vedada la comunicación directa con su Creador, pero Dios se comunicaria con él por medio de Cristo y de los ángeles. 

En esa forma se revelaron a Adán importantes acontecimientos que se producirían en la historia humana, desde el tiempo en que fue pronunciada la sentencia divina en el Edén hasta el diluvio, y desde allí hasta el primer advenimiento del Hijo de Dios. Se le mostró que si bien el sacrificio de Cristo tendría suficiente valor para salvar a todo el mundo, muchos escogerían una vida de pecado más bien que de arrepentimiento y obediencia. Los crímenes aumentarían en las generaciones sucesivas, y la maldición del pecado pesaría cada vez más sobre la raza humana, las bestias y la tierra. La vida del hombre sería acortada por su propio pecado; disminuirían en estatura y resistencia física, así como su poder intelectual y moral, hasta que el mundo se llenase de toda clase de miserias. Mediante la complacencia del apetito y las pasiones, los hombres se incapacitarían para apreciar las grandes verdadera del plan de redención. No obstante, fiel al propósito por el cual dejó el cielo, Cristo mantendría su interés en los hombres, y seguiría invitándolos a ocultar sus debilidades y deficiencias en él. Suplirían las necesidades de todos los que fuesen a él con fe Y siempre habría unos pocos que conservarían el conocimiento de Dios, y se guardarían incólumes en medio de la prevaleciente iniquidad.

Patriarcas y profetas


Comentarios

Entradas populares