Alientos al corazón. Las cosas son hechas nuevas (II)

LAS COSAS SON HECHAS NUEVAS (II)

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas las cosas son hechas nueva."

  2. Corintios 5.17

La persona debe ser transformada en una nueva criatura para que, impulsada por el amor de Cristo, no viva más para el yo sino para Dios, para que no juzgue más por las apariencias sino por el espíritu, para que conozca a Cristo según el espíritu y no según la carne.

La transformación de un pecador perdido en una "nueva criatura" requiere la misma energía creadora que originalmente produjo la vida. Es un acto sobrenatural, completamente ajeno a la experiencia humana normal.

La nueva naturaleza no es producto de alguna virtud moral que algunos afirman que es inherente en el nombre, y que solo necesita crecer y manifestarse. Hay miles de seres humanos de reconocida moralidad que no profesan ser cristianos y no son "nuevas criaturas". La naturaleza nueva no es simplemente el producto del deseo, di de una resolución de hacer lo recto, ni de un asentimiento mental ante ciertas doctrinas, ni de un cambio en el que abandonan un conjunto de opiniones o sentimientos a cambio de otros, ni siquiera el sentir dolor por el pecado. 

Es el resultado de la presencia de un poder sobrenatural dentro de la persona, que da como resultado su muerte al pecado y su nuevo nacimiento. Así renacemos a la semejanza de Cristo, somos adoptados como hijos e hijas de Dios y marchamos por un nuevo camino. 
     

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