CONOCIENDO A JESÚS. El misterio de los misterios
EL MISTERIO DE LOS MISTERIOS
El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2.6-7
Cristo no tenía mancha alguna de pecado, pero al tomar la naturaleza del hombre se expuso a los más crueles ataques del enemigo, a las tentaciones más sutiles, al dolor más profundo. Sufrió al ser tentado. Fue hecho semejante a sus hermanos para que pudiera mostrar que mediante la gracia, los hombres podían vencer las tentaciones del enemigo. Oigamos sus palabras: "He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito sobre mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón." (Salmos 40.7-8)
¿Quién es este que así anuncia el propósito de su venida a la tierra Isaías nos dice: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." (Isaías 9.6)
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesís se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre; en quien tenemos redención por su sanre, el perdón de pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogentido de toda creación. 1 Timoteo 3.16; Filipenses 2.9-11; Colosenses 1.14-15.
La encarnación de Cristo es el misterio de todos los misterios.
E.G. White.
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