Alientos al corazón. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo 6.26
Las aves del cielo nada deben al cuidado humano. Es Dios quien les da la existencia las sostiene. Al mismo tiempo, requiere que usen de la capacidad que les ha dado ara buscarse el alimento. Quizás pocas personas trabajen tan dura e incasablemente como lo hacen los pajarillos para conseguirse el alimento, sobre todo cuando tienen pequeñuelos en el nido.
Del mismo modo, Dios espera que el hombre acepte la responsabilidad para ganar lo que hace falta para sostener la vida. Sin embargo, Jesús también dijo que Dios no tenía el propósito de que el hombre considerara que ese trabajo era el objetivo y la meta la vida.
El que proporciona el alimento para las aves del cielo es Aquel en quien podemos confiar para que nos proporcione lo que necesitamos para vivir. Dios nos ha prometido estas cosas, si estamos dispuestos a trabajar por ellas.
Si Dios alimenta con tanta abundancia a los animalitos que ha creado, ¿no tendrá acaso mayor preocupación por la felicidad y el bienestar del hombre?
Comentario bíblico adventista.
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