1. UN CONFLICTO CÓSMICO REAL. EL ZARANDEO: Testimonio del Espíritu de Profecía.

EL ZARANDEO

Testimonio del Espíritu de Profecía

 



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 “Dijo el ángel: ‘La rebelión continuará hasta el tiempo de la finalización de la obra del mensaje del tercer ángel. No se maravillen ni se desanimen. El que ha vencido al dirigente de la rebelión es el que está a la cabeza de esta gran obra. Aunque Satanás manifestase júbilo y pudiera parecer triunfante por un tiempo, el gran Conquistador ha puesto sus ojos sobre él y no le permitirá ir más allá de los límites que le ha impuesto. Se le permitió asumir poderes por un tiempo a fin de revelar a los de corazón verdadero, de probar al fiel, de desarrollar lo que es espurio y separarlos del que posea corazón puro. A su tiempo los rebeldes serán separados de los leales y fieles, porque la verdad ha reunido a seres de todo tipo” (Cristo triunfante 117).

“Satanás realizará milagros para engañar: exhibirá su poder supremo. Podrá parecer que la iglesia está a punto de caer. Permanecerá, pero los pecadores que haya en Sión serán echados fuera al ser separada la paja del precioso trigo. Será una prueba terrible, pero debe ocurrir. Nadie, excepto los que hayan vencido mediante la sangre del Cordero y la Palabra de su testimonio, se encontrará entre los leales y veraces, sin mancha ni contaminación de pecado, sin engaño en su boca. Debemos despojarnos de nuestra justicia propia y ataviarnos con la de Cristo. El remanente que purifique sus almas por la obediencia a la verdad se fortalecerá mediante este proceso de prueba, y mostrará la belleza de la santidad en medio de la apostasía” (Alza tus ojos 354).


“El hombre finito es propenso a juzgar mal el carácter, pero Dios no confía la obra de juzgar y hacer pronunciamientos sobre el carácter a aquellos que no están capacitados para ello. Nosotros no hemos de decir qué constituye el trigo, y qué constituye la cizaña. El tiempo de la siega determinará plenamente el carácter de las dos clases especificadas bajo el símbolo de la cizaña y el trigo. La obra de separación es confiada a los ángeles de Dios; no es encomendada a las manos de hombre alguno” (TM 47).


Este es mi resumen de las tres citas:
1. Dios está al control, y permitirá a Satanás llegar sólo hasta cierto límite (ver también Luc. 22:31).
2. En el zarandeo (resultante del rechazo al mensaje del tercer ángel), son los rebeldes quienes serán echados fuera.
3. Sólo Dios sabe quiénes son los rebeldes que han de ser separados de los leales y fieles.
4. La obra de separación no es nuestra obra, sino la de Dios.

Respecto a los dirigentes del pueblo de Dios, cabe decir: “por nada estéis afanosos”. No es que no puedan equivocarse, sino que Aquel que los dirige no puede equivocarse.


“No hay necesidad de dudar ni de temer que la obra no tenga éxito. Dios encabeza la obra y él pondrá en orden todas las cosas. Si hay que realizar ajustes en la plana directiva de la obra, Dios se ocupará de eso y enderezará todo lo que esté torcido” (2 MS 449).


“No hay necesidad de dudar ni de temer”… Tampoco hay necesidad de elucubrar, como hacía alguien a quien E. White se dirigió en estos términos:
“…acusaba a la iglesia… dijo que los dirigentes de la iglesia caerían debido a la exaltación de sí mismos, que otra clase de hombres más humildes ocuparía su lugar, y que ellos realizarían cosas admirables. Este hombre tenía hijas que pretendían tener visiones. Me fue presentado este engaño. Se trata de un hombre inteligente, que puede hablar bien en público, que posee abnegación y está lleno de celo y fervor, y tiene un aspecto de consagración y devoción. Pero recibí esta amonestación de Dios: ‘¡No les creáis; yo no los he enviado!’” (2 MS 73-74).


De militante a triunfante: el zarandeo, LB

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