5. BUENAS NUEVAS. La justicia de Dios (2)
BUENAS NUEVAS
La justicia de Dios (2)
"Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6.33)
Puesto que la ley es la justicia de Dios -una transcripción de su carácter- es fácil ver que temer a Dios y guardar sus mandamientos es todo el deber del hombre (Eclesiastés 12.13). No piense nadie que su deber vendrá a resultar acotado y circunscrito al confinarlo a los diez mandamientos, porque estos son "inmensos" (Salmos 119.96). "La ley es espiritual", y abarca mucho más de lo que el lector común puede discernir a primera vista. "Porque el hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, porque le son necedad; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Corintios 2.14). Solamente pueden comprender su inmensa amplitud aquellos que meditan en la ley de Dios con oración. Unos pocos textos de la Escritura bastarán para mostrarnos algo de su inmensidad.
En el sermón del monte, Cristo dijo: "Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás. El que mata será culpado del juicio. Pero yo os digo, cualquiera que se enoje con su hermano, será culpado del juicio; cualquiera que diga a su hermano: Imbécil, será culpado ante el sanedrín. Y cualquiera que le diga: Fatuo, estará en peligro del fuego del infierno" (Mateo 5.21 y 22). Y otra vez: "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo, el que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Versículos 27 y 28).
Esto no significa que los mandamientos "No matarás" y "No cometerás adulterio" sean imperfectos, o que Dios requiera ahora de los cristianos un mayor grado de moralidad del que requirió de su pueblo cuando se les llamaba Judíos. Requiere lo mismo de todo ser humano, en todo tiempo. Lo que hizo el Salvador fue simplemente explicar estos mandamientos, y mostrar su espiritualidad. A la acusación tácita de los Fariseos de que él ignoraba y denigraba la ley moral, contestó diciendo que él vino con el propósito de establecer la ley, y que no podía ser abolida; y después explicó el verdadero significado de la ley en una manera en que les convenció de estarla ignorando y desobedeciendo. Mostró que aún una mirada o un pensamiento pueden ser una violación de la ley, y que ésta discierne en verdad los mensamientos y las intenciones del corazón.
Cristo no reveló con ello una verdad nueva, sino que sacó a la luz y descubrió una antigua verdad. La ley significaba tanto cuando él la proclamó desde el Sinaí, como cuando la explicó en aquel monte de Judea. Cuando, en tonos que sacudieron la tierra, dijo: "No matarás", significaba "No cobijarás ira en el corazón; no consentirás en la envidia, la contención, ni ninguna cosa que esté, en el más mínimo grado, emparentada con el homicidio": Todo esto y mucho más está contenido en las palabras "No matarás". Y así lo enseñó la Palabra inspirada del Antiguo Testamento. Salomón mostró que la ley tiene que ver tanto con las cosas invisibles como con las visibles, al escribir:
"El fin de todo discruso, es éste: Venera a Dios y guarda sus mandamientos, porque éste es todo el deber del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, incluyendo toda cosa oculta, buena o mala". (Eclesiastés 12.13-14)
Este es el argumento: el juicio alcanza a toda cosa secreta; la ley de Dios es la norma en el juicio; es decir, determina la calidad de cada acto, se bueno o malo; por lo tanto, la ley de Dios prohibe la maldad tanto en los pensamientos como en los actos. Así pues, concluimos que los mandamientos de Dios contienen todo deber del hombre
Este es el argumento: el juicio alcanza a toda cosa secreta; la ley de Dios es la norma en el juicio; es decir, determina la calidad de cada acto, se bueno o malo; por lo tanto, la ley de Dios prohibe la maldad tanto en los pensamientos como en los actos. Así pues, concluimos que los mandamientos de Dios contienen todo deber del hombre
E.J.Waggoner, Cristo y Su justicia
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