7. CONOCIENDO A JESÚS. Ejemplo y modelo.

CONOCIENDO A JESÚS

Ejemplo y modelo


Cuando Moisés estaba por construir el santuario como morada de Dios, se el indicó que hiciese todas las cosas de acuerdo con el modelo que se le mostrara en el monte. Moisés estaba lleno de celo para hacer la obra de Dios; los hombres más talentosos y hábiles estaban a su disposición para ejecutar sus sugerencias. Sin embargo, no había de hacer una campana, una granada, una borla, una franja, una cortina o cualquier vaso del santuario sin que estuviese de acuerdo con el modelo que le había sido mostrado. Dios lo llamó al monte y le reveló las cosas celestiales. El Señor lo cubrió de su gloria para que pudiese ver el modelo, y de acuerdo con éste se hicieron todas las cosas. Así fue como Dios le reveló a Israel su glorioso ideal del carácter y deseó hacerla su morada. Les mostró el modelo en el monte cuando dio la ley desde el Sinaí, y cuando pasó delante de Moisés y proclamó: "¡Jehová!, ¡Jehová!, fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado" (Éxodo 34.6-7).

Israel había elegido sus propios caminos. No había edificado de acuerdo con el dechado; pero Cristo, el verdadero templo para morada de Dios, modeló todo detalle de su vida terrenal de acuerdo con el ideal de Dios. Dijo: "Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón". Así también nuestro carácter debe ser edificado "para ser morada de Dios por su Espíritu". Y hemos de hacer todas las cosas de acuerdo con el Modelo, el que "padeció por nostros, dejándonos ejemplos, para que [sigamos] sus pisadas".

Las palabras de Cristo nos enseñan que debemos considerarnos inseparablemente unidos a nuestro Padre celestial. Cualquiera sea nuestra situación, dependemos de Dios, quien tiene todos los destinos en sus manos. Él nos ha señalado nuestra obra, y nos ha dotado de facultades y recursos para ella. Mientras sometamos la voluntad a Dios, y confiemos en su fuerza y sabiduría, seremos guiados por sendas seguras para cumplir nuestra parte señalada en su gran plan. Pero el que depende de su propia sabiduría y poder se separa a sí mismo de Dios. En vez de obrar al unísono con Cristo, cumple el propósito del enemigo y del hombre.

E.G.White, El Deseado de Todas las Gentes.

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